Por desgracia el último rinoceronte blanco del norte macho del mundo tuvo que ser sacrificado, esto en la reserva de Ol Pejeta, Kenia, debido a que por su avanzada edad (45 años equivalentes a 90 en humanos) su salud se complicara demasiado, la que de por sí ya era grave.
El rinoceronte fue nombrado Sudán y sufría de alteraciones degenerativas en sus músculos y huesos, además de tener heridas en la piel e infecciones.
Sudán se convirtió en el símbolo contra la caza furtiva, y ahora ha dejado solo a dos rinocerontes hembras de su subespecie en el mundo, las llamadas Najin y Fatu, que son hija y nieta de Sudán. Durante el año pasado, sus cuidadores lograron conseguir los fondos necesarios para la creación de un programa de fertilización asistida gracias a una campaña en Tinder. Esta técnica, si les que funciona, es ahora la única salvación para esta especie.
“Será recordado por su vida inusualmente memorable. En la década de 1970, escapó de la extinción cuando fue trasladado al zoológico Dvůr Králové y a lo largo de su existencia contribuyó significativamente a la supervivencia de su especie, ya que engendró dos hembras.”
Los rinocerontes en general y no solo los de esta especie se encuentran en riesgo de extinción gracias a la caza furtiva. Un kilo de cuerno de estos majestuosos animales alcanza precios de hasta 60 mil dólares en el mercado negro. El cuerno resulta ser un ingrediente con mucha demanda en la medicina tradicional china y vietnamita, ya que se le adjudican propiedades afrodisíacas y medicinales contra el cáncer.
Otro terrible caso de una muy posible extinción de especies gracias a la ideología de ciertas culturas y su codicia. Es una pena que a la fecha no se haya podido encontrar una manera de controlar de verdad este tipo de acciones tan detestables.