Todos sabemos lo que son las llamadas de extorsión. Ya sea porque nos tocó vivirla en oído propio o porque le tocó a algún amigo o familiar cercano.
En este tipo de llamadas siempre está involucrada la petición de dinero, ya sea a través de la presión psicológica de un supuesto familiar en apuros, la terrible posibilidad de un secuestro, amenazas, concursos falsos que hemos ganado o hasta llamadas bancarias pirata que tienen como único objetivo obtener datos confidenciales de cuentas y tarjetas. Suelen apostar por la confusión de la víctima y el elemento sorpresa.
Generalmente cuentan solo con un nombre, muchas veces pronunciado al azar, y esperan sacar más datos del interlocutor por medio de diálogos confusos.
Es importante reconocer cuándo se está siendo víctima de este delito.
- Recibe una llamada telefónica que lo confunde o lo presiona para obtener dinero u otro beneficio.
- Le hacen creer que es un familiar en peligro fingiendo voz de angustia, o que es un servidor público o cualquier persona ajena que lo amenaza directamente.
- Lo amenazan con el secuestro de algún familiar.
- Le ofrecen ayuda para salir de un problema legal.
- Le hacen creer que es beneficiario de un sorteo o rifa.
- Es amenazado con la difamación pública o con sufrir daños.
- Le exigen un depósito en cuentas bancarias, órdenes de pago o compra de tarjetas telefónicas.
En su mayoría, éstas llamadas son realizadas desde centros penitenciarios de todo el país.
En el caso de San Luis Potosí, la SSPE identificó los estados de Tamaulipas, Veracruz y Puebla como los originarios de las llamadas de extorsión. La manera de operar es simple, los reclusos consiguen chips con números locales y realizan llamadas al azar usando diferentes métodos para la extorsión.
Ante la falta de control en los centros penitenciarios y el alza de estas llamadas, es muy importante que aumentemos la cultura de prevención en lo que se refiere a estos delitos. Existen diferentes recomendaciones para actuar ante una llamada de extorsión:
- Mantén la calma.
- Escucha con atención los argumentos del extorsionador.
- Pídele tiempo y úsalo para localizar a tu ser querido.
- Anota el número telefónico entrante, el sexo de la persona que te llama, su acento, su tipo de lenguaje y cualquier otro dato que te parezca importante.
- Una vez que hayas localizado a tu familiar, descuelga el teléfono al menos un par de horas.
- Si recibes una nueva llamada amenazante, responde que es número equivocado y cuelga.
- Denuncia de inmediato de forma anónima al 089.
- Mantén una comunicación constante con tu familia. Hazles saber en dónde estás, con quién y a qué hora.
- Duda si te informan que ganaste un premio. Si no has recibido notificación alguna vía correo, verifícalo directamente con el proveedor en cuestión y no proporciones información personal o datos de tus tarjetas de crédito.
- Y si en cuanto descuelgas la bocina te preguntan “¿Con quién hablo?”, responde siempre: “¿Con quién quiere hablar?”
Y lo más importante de todo: NO dar ningún tipo de información al extorsionador o desconocidos.
En las últimas campañas contra estos delitos, se decía que colgaras y denunciaras, sin dar tiempo a que el extorsionador hablara. Parece ser el mejor consejo. Más si tomamos en cuenta que la mayoría de las denuncias sirven sólo como estadística y casi nunca como elemento para proceder en contra de los criminales.