La Talavera se convirtió en la primera técnica artesanal que se hace en México en alcanzar la denominación de Patrimonio de la Humanidad, y a pesar de que no es originaria de nuestro país, sí es aquí donde existen comunidades que se han dedicado a la preservación de este proceso durante más de cuatro siglos. La solicitud se hizo de manera conjunta entre España (país de origen de la Talavera) y México.
A pesar de que ya se utilizan otro tipo de herramientas como tornos con ayuda de la electricidad, el proceso artesanal de producción continúa siendo una tradición oral que se va transmitiendo durante generaciones para poder preservar los elementos auténticos. Y es por esto que la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) reconoció que aun con los cambios tecnológicos a través de los años, el proceso de fabricación de la Talavera sigue intacto.
La Talavera se utiliza como término a partir del siglo XIX. Se le llama así por las técnicas que se utilizaban y que eran originarias de la región de Talavera de la Reina en España. El proceso que conocemos al día de hoy en nuestro país y que reconocemos como Talavera, es una mezcla de estas técnicas españolas con la tradición del proceso de cerámica prehispánica de México.
En el complejo proceso de elaboración de la Talavera se combinan distintas actividades como el manejo de la arcilla, la elaboración de loza, decoración, la preparación de pigmentos naturales y el manejo del horno.
“Requiere de una gran experiencia.”
Las comunidades que son reconocidas por preservar la tradición y creación de la Talavera en nuestro país están en Puebla y Tlaxcala. En España están Talavera de la Reina y El Puente del Arzobispo.