La “adicción” a los videojuegos ya está catalogada como una enfermedad por la Organización Mundial de la Salud y aparecerá en la próxima edición de la CIE-11, que es la nueva edición de la Clasificación Internacional de Enfermedades que se va a publicar en junio y que entrará en vigor el 1 de enero de 2022.
El término que se usará para denominarla será “Trastorno del juego”. Aquí algunos fragmentos del comunicado emitido por la OMS y la CIE-11:
“El nuevo CIE también incluye nuevos capítulos, uno sobre medicina tradicional: aunque millones de personas usan la medicina tradicional en todo el mundo, nunca se ha clasificado en este sistema. Otro nuevo capítulo sobre la salud sexual reúne condiciones que anteriormente se categorizaron de otras maneras (por ejemplo, la incongruencia de género se incluyó en las condiciones de salud mental) o se describieron de manera diferente. El trastorno de juego (gaming) se ha agregado a la sección sobre trastornos adictivos.”
“El trastorno de juego, predominantemente en línea, se caracteriza por un patrón de comportamiento de juego persistente o recurrente (‘juego digital’ o ‘videojuego’) que se realiza principalmente a través de Internet y se manifiesta por: 1) control alterado de los juegos (p. Ej. , frecuencia, intensidad, duración, terminación, contexto); 2) aumentar la prioridad otorgada a los juegos en la medida en que los juegos tengan prioridad sobre otros intereses de la vida y las actividades diarias; y 3) continuación o escalada del juego a pesar de la ocurrencia de consecuencias negativas. El patrón de comportamiento es de suficiente gravedad como para causar un deterioro significativo en las áreas de funcionamiento personal, familiar, social, educativo, ocupacional u otras áreas importantes. El patrón de comportamiento del juego puede ser continuo o episódico y recurrente.”
Para la industria de los videojuegos esta noticia fue una sorpresa ya que no existe evidencia ni consenso entre la comunidad científica sobre el tema. Y desde el año pasado emitieron un comunicado en contra de la postura de la OMS.