El propelente, desarrollado por el Laboratorio de Investigación de la Fuerza Aérea, combina nitrato de hidroxilamonio con un oxidante, lo que le permitirá quemarse y crear una alternativa a la hidracina, que es lo que se utiliza comúnmente en las naves espaciales modernas.
La hidracina es altamente tóxica para los humanos. La exposición al compuesto inorgánico puede causar desde irritación de la piel o ceguera temporal hasta convulsiones o coma, además de un grave daño al hígado, riñones y sistema nervioso central. Su manejo requiere estrictas medidas de seguridad que incluyen trajes de protección, gruesos guantes de goma y tanques de oxígeno.
El nuevo combustible verde, que es más denso que la hidracina, ofrece casi un 50% más de rendimiento. Así que las naves podrán viajar más lejos y operar más tiempo utilizando menos combustible.
La NASA dice que esta tecnología es ideal para constructores de satélites pequeños y cúbicos con presupuestos modestos y capacidad limitada. Además de servir también para las grandes naves espaciales como se verá en la GIPM.
Fred Wilson, director de desarrollo de negocios de Aerojet, dijo en un comunicado:
“Vemos interés en usar propulsor verde en la industria espacial… La tendencia es hacia satélites cada vez más pequeños, para hacer más misión en un paquete pequeño.”También está la posibilidad de usar la nueva tecnología en diferentes misiones lunares dentro del nuevo programa Artemis de la NASA, pero primero debe ser probada en el espacio, dijo la agencia.