La NASA lanzó el sábado 11 de agosto uno de sus proyectos más ambiciosos a la fecha. La sonda solar Parker viajará hacia el sol y llegará más cerca de lo que nunca había estado antes un objeto fabricado por la humanidad. Pesa 65 kilos, tiene 3 metros de altura y su misión es responder a algunas preguntas como ¿por qué la superficie de la enorme estrella que es el centro de nuestro sistema arde a 6 mil grados mientras que su atmósfera está a más de 1 millón?, contrario a lo que sucede con otras fuentes de calor.
El plan que está trazado es que se dirija a Venus para perder un poco de velocidad y pueda dirigir su órbita hacia el sol. Cosa que hará unas siete veces antes de alcanzar una órbita estable que pueda llevarla a 6 millones de kilómetros del Sol. Lo que significa un 95% de la distancia entre éste y nuestro planeta.
La sonda Parker alcanzará una velocidad de 700 mil kilómetros por hora durante su viaje, convirtiéndose de esta manera, también, en el vehículo más veloz desarrollado a la fecha. Esta velocidad le permitiría viajar, por ejemplo, de Nueva York a Tokio en un minuto.
La fecha estimada para que alcance su punto más cercano al Sol es el 2025, luego podrá reunir la información necesaria para completar la misión. En total, orbitará veinticuatro veces alrededor del astro.
Para evitar que la sonda Parker se derrita cuando esté tan cerca del Sol, se le instaló una “sombrilla” hecha con el material más resistente que se haya creado. Ya que el Sol genera un calor sin humedad, basta que algo se interponga con él, en este caso la sombrilla, para que no existan problemas. Esta sombrilla está diseñada para que pueda disminuir la temperatura de los instrumentos de los 2 mil 500 grados Fahrenheit a sólo 85.
Los problemas que puedan surgir serán resueltos por una inteligencia artificial que ya viaja a bordo de la sonda.
La sonda recibió su nombre por Eugene Parker, que fue la persona responsable de teorizar en los años 50 del siglo pasado sobre la existencia del viento solar y otras formas de energía que emiten las estrellas. el investigador estuvo en varias de las etapas de la construcción de la sonda y estuvo presente también en el despegue.
La misión está programada para una duración de siete años, después de esto se espera que el combustible que usará para corregir la órbita y la orientación de la nave se agote. Llegado ese punto, la sonda continuará tanto tiempo como sea posible antes de que se separe o forme parte del Sol.