La Casa Blanca nunca se ha salvado de polémica y escándalos y ahora está en boca de todos la posible destitución de Donald Trump. Esta semana se dieron a conocer dos puntos más en la historia con Rusia, la petición de Trump al FBI de cerrar la investigación de Flynn y la revelación de información confidencial estadounidense a los rusos. Esto ha provocado que la opción de impeachment al presidente deje de ser una idea descabellada.
¿Qué se necesita para el impeachment?
De acuerdo a los artículos I y II de la Constitución, para quitar al presidente de su cargo lo primero es tener evidencia de que haya cometido traición, soborno o grandes crímenes como intimidación o abuso de autoridad.
El juicio político es complicado, pero no imposible. La Cámara de Representantes necesita los 193 votos demócratas y al menos el de veinte republicanos que abandonen la disciplina de partido para apoyar el impeachment. Aun cuando este panorama se ve poco probable porque una gran parte del partido está a favor de Donald Trump para evitar una crisis política, otros muchos republicanos están empezando a ver como positiva la idea de destituirlo como sucedió con Richard Nixon o Bill Clinton, que ya fueron víctimas de impeachment.
El congresista, Justin Amash respondió afirmativamente a The Hill ante la pregunta de si era necesario abrir un juicio político a Donald Trump. Declaraciones que llegaron unos días después de que el senador John MCain, del mismo partido, afirmase que las revelaciones de estas últimas semanas se equiparan al caso Watergate.
“Está bastante claro de que tengo más confianza en Comey… en este país todos reciben un juicio justo.”
Todo esto no quiere decir que sea seguro el impeachment de Trump, ni que vaya a suceder pronto si es que se animan a enjuiciarlo ya que tengan las pruebas. Los analistas políticos insisten en que sería muy complicado y que tardaría su buen tiempo.