Curiosamente son grandes empresas en tecnología las que ya no están requiriendo de un título universitario en sus candidatos para unirse a sus equipos de trabajo. Y esto no es malo, las universidades enseñan mucho sí, pero la experiencia no tiene igual y el papel por el que pagas al final de tu carrera es solo eso y no tiene nada que ver con tus conocimientos.
Por eso es que ahora, empresas del tamaño de Apple, IBM y Alphabet (Google) han dejado de tener como requerimiento que tengas estudios universitarios terminados. Así lo ha señalado CNBC según un reporte de la plataforma de búsqueda de empleo Glassdoor.
La vicepresidenta de Talento de IBM, Joanna Daley, confirmó esta nueva visión empresarial hace algunos meses en una entrevista para ese mismo medio. Indicó que el 15% de sus empleados en Estados Unidos no cuentan con un título universitario:
“…en lugar de enfocarse de manera exclusiva en candidatos que fueron a la universidad, IBM mira también a los prospectos con experiencia práctica en bootcamps o con experiencia en la industria por vocación y autoaprendizaje”.
El caso no es muy distinto en cuanto a Apple, ya que sus ofertas de empleo demuestran que lo más valorado para ellos es la experiencia, tal como lo dicen en Cult of Mac, sin que importe en dónde se adquirieron las habilidades de aprendizaje. Al fin y al cabo, no se debe olvidar que el mismo Steve Jobs nunca se graduó y que Steve Wozniak lo hizo, pero muchos años después de ya haber consolidado Apple.
Y Alphabet sigue más o menos los mismos lineamientos. Laszlo Bock, el responsable de recursos humanos en la compañía, le explicaba a The New York Times que el promedio de calificaciones académicas no tiene valor como un criterio de contratación y que los resultados académicos también carecen de valor.
Esta tendencia no sólo se aplica a las grandes de la tecnología pues existen otras que siguen buscando experiencia por encima de calificaciones o títulos, como son Penguin Random House, Costco, Whole Foods, Hilton y Starbucks, entre otras más.
Qué bueno que las empresas empiecen a entender que un título universitario, sin demeritarlo como tal ni quitarle el esfuerzo invertido en él por todos los que lo tenemos, no lo es todo en la vida laboral. Uno nunca sabe en qué puede ser realmente bueno sin importar qué estudió.