La fotogrametría es un método que consiste en la captura de miles de fotografías a lo largo y ancho que luego son unidas mediante un programa para crear un mosaico con todas ellas. Lo que permite el software es conocer el ángulo de inclinación con el que fue tomada cada imagen, el tipo de lente y la cámara.
Según el INAH, distintos barcos de salvamento de la armada de Estados Unidos ya habían intentado poner a flote al USS H-1, en 1920, sin conseguirlo. El hundimiento sucedió el 12 de abril para darse por definitivo, hasta que en el 2016 se reportaron avistamientos de los restos en bahía Magdalena.
“Ahora, el H-1 forma parte del gran rompecabezas histórico de la navegación en el Pacífico mexicano, que especialistas de la Subdirección de Arqueología Subacuática (SAS) del INAH intentan armar.”
“Desde que se recibió aviso de la presencia del submarino, el INAH ha realizado dos temporadas de inmersiones: la primera en 2017, con una exploración de reconocimiento en la cual, por medio de dos buceos a poco más de 14 metros de profundidad, se tomaron fotografías y medidas generales del pecio mediante el método tradicional: con cinta de medir, tablas y lápiz”. De popa a proa, la embarcación mide 44.30 metros; desde popa, a los 31.8 metros, la estructura se colapsa y se observa el área de controles, y más adelante la de torpedos; la parte de la torreta también está colapsada. El estado del casco es malo y donde éste se ha perdido hay múltiples agujeros que dejan ver el esqueleto del submarino. La sección de popa está llena de arena.”Luego de ser confirmada la antigüedad y valor histórico del submarino en 2018, una segunda exploración permitió realizar un registro puntual de la embarcación haciendo uso, por primera vez en nuestro país, de la fotogrametría en una embarcación completa. El modelo en tercera dimensión, resultado del estudio, servirá para monitorear el estado de conservación del submarino.