Una de las primeras activistas sobre la importancia de los niños fue la fundadora de la organización Save the Children, Eglantyne Jebb. Ella, con ayuda del Comité Internacional de la Cruz Roja, impulsó la adopción de la primera Declaración de los Derechos de los Niños. Esta declaración fue examinada para su aprobación ante la Liga de las Naciones, la cual la adoptó y ratificó en la Declaración de Ginebra sobre los Derechos de los Niños, el 26 de septiembre de 1924.
En el siguiente año, durante la Conferencia Mundial sobre el Bienestar de los Niños, que se llevó a cabo también en Ginebra, se declaró el Día Internacional del Niño, poniendo como fecha de celebración el 1 de junio.
En 1954, la Asamblea General de las Naciones Unidas recomendó que se instituyera en todos los países un Día Universal del Niño y sugirió a los gobiernos estatales que lo celebraran, en la fecha que cada uno de ellos creyera conveniente. La ONU celebra ese día el 20 de noviembre, en conmemoración a la aprobación de la Declaración de los Derechos del Niño en 1959 y de la Convención sobre los Derechos del Niño en 1989.
Aunque en México se conmemora cada 30 de abril, no es igual en todos los países. En Colombia se celebra el último sábado de abril, en Paraguay el 31 de mayo, y en Venezuela el tercer domingo de junio, por ejemplo.
La historia detrás de la fecha en que se celebra el día del niño en nuestro país está en los archivos de México, específicamente en un acta exhibida en una notaría pública en Ciudad Victoria, Tamaulipas. Donde dice que el día del niño fue instaurado el 8 de mayo de 1916 en la ciudad de Tantoyuca, Veracruz; sin embargo, el 30 de abril de 1924, tras firmarse la “Declaración de Ginebra”, siendo presidente de la República Álvaro Obregón, se establece el 30 de Abril como la fecha oficial para celebrar el Día del Niño.
México se sumó a la Convención de Ginebra, para velar por el bienestar de la infancia, el cual se había visto gravemente vulnerado luego de la Primera Guerra Mundial. Con esta declaración también se establecieron las garantías de los niños mexicanos. Tras la devastación el mundo reparó en los efectos negativos que tenían los conflictos bélicos en la población civil, en particular entre los niños. Es por ello que en la Convención de Ginebra se emitió la Declaración de los Derechos de los Niños.