El reciente incendio de la Catedral de Notre Dame, en París, Francia, ha sido una de las más trágicas noticias que ha recibido el mundo cultural. Porque no solo se trata del edificio más visitado de París, sino que es uno de los lugares que sobresalen como exponente de lo mejor del arte gótico.
En el mismo sitio, antes de que lo ocupara la Catedral de Notre Dame, existió la primera iglesia cristiana de París: la basílica de Saint-Etienne. Luego, tomaría su lugar otra iglesia románica que permaneció allí hasta 1164, que fue cuando comenzó a construirse la emblemática catedral que ahora conocemos.
La catedral de Notre Dame tuvo varios arquitectos a cargo durante su construcción. En 1160, el obispo Maurice de Sully consideró que la iglesia románica que se erigía en París no tenía la suficiente dignidad de los valores cristianos de la época. Así que se decidió que el primer estilo arquitectónico gótico y las innovaciones que este traería lograrían crear innovaciones técnicas que darían lugar a estructuras que nunca se habían visto. La catedral fue financiada durante el reinado de Luis VII.
No está claro si fue el papa Alejandro III o el mismo obispo Sully quien colocó la primera piedra de la Catedral de Notre Dame. Lo que sí es seguro es que para 1182 el coro ya prestaba sus servicios religiosos y que en el año 1200 la primera nave estaba siendo terminada.
La Catedral sufrió modificaciones durante el reinado de Luis XIV, entre 1630 y 1707. Entonces, los vitrales originales fueron sustituidos por otros que se adecuaban más al estilo barroco de la época. También fue encargado un cuadro por año al gremio de orfebres de París, en el que se encontraban artistas como Laurent de La Hyre y Sébastien Bourdon.
En el año de 1844 se inició un período de restauración que estuvo a cargo de los arquitectos Eugéne Viollet-le-Duc y Jean-Baptiste-Antoine Lassus, el cual duraría 23 años. Finalmente, en 1991 se creó una vez más un programa de restauración para la catedral, en el cual se le estuvo dando mantenimiento hasta la fecha.
Cerca de 1871, la catedral estuvo a punto de sufrir el mismo destino que ahora y casi fue incendiada por disturbios sociales de la época. En el reciente incendio, las primeras líneas de investigación dicen que el inicio del siniestro fue debido, precisamente, por las obras de restauración.