Ya mucho se ha dicho sobre que el Día del Amor y la Amistad es una creación de la mercadotecnia para vender cantidades industriales de muñecos de peluche, flores, chocolates y reservaciones en moteles. Pero, ¿de dónde proviene ésta celebración?
El origen de esta fiesta no tiene nada que ver con cartas de amor, sino más bien con la inmolación de una cabra y latigazos con la piel ensangrentada del animal sacrificado.
Los historiadores dicen que todo se deriva de una celebración romana llamada Lupercalia que se llevaba a cabo del 13 al 15 de febrero.
El motivo de tan extraña celebración era la fertilidad y se realizaba de la siguiente manera. Un grupo selecto de sacerdotes llamados Lupercos se congregaba en una gruta del monte Palatino donde estaba el árbol consagrado a la diosa Rumina. Ahí era donde comenzaba el ritual inmolando a una cabra.
Después, uno de los Lupercos marcaba a los demás con el cuchillo ensangrentado y limpiaba la mancha con un mechón de lana bañado en leche de cabra.
Luego de terminar con este ritual, los sacerdotes tomaban tiras de piel de la cabra sacrificada y comenzaban, desnudos, una procesión. Durante el camino, las mujeres salían a la espera de los Lupercos para recibir un azote con el pedazo de piel con sangre. Esto era considerado una purificación para celebrar la fertilidad.
Finalmente, durante la Lupercalia, se solía poner en un jarrón todos los nombres de las mujeres para que fueran sacados y así se formaran parejas, las cuales podían tener sexo durante todo el tiempo que duraran las festividades.
La Lupercalia fue prohibida por el Papa Gelasius I e instauró el 14 de febrero como día de San Valentín.
No se sabe realmente quién fue San Valentín, pero se cree que pudieron ser uno de dos hombres que el emperador Claudio II ejecutó en el siglo II A.D.