Puede que hoy te levantaras sintiéndote más triste que otros días, quizás el sol no brilla tanto y los colores parezcan opacos. No te preocupes, es parte de una tradición que se ha arraigado en muchos países desde el 2005 y dice que el tercer lunes de enero es el día más triste del año.
Aunque hay algunas variantes en el día, el tercer lunes de enero es el preferido. Es llamado Blue Monday y se hizo famoso gracias a Cliff Arnall, un psicólogo y experto en coaching. Este señor, desarrolló una fórmula que toma en cuenta varios factores, subjetivos digamos, para determinar qué día puede ser el más triste del año.
Donde:
W es el clima. En enero hace frío, mucho, al menos en el hemisferio norte.
D de deudas. Esas que adquirimos gracias a la Navidad.
d significa ingresos del mes. Que no parecen alcanzar para nada.
T de tiempo pasado desde Navidad. No mucho, ¡oh, la nostalgia!
Q es el tiempo que pasó desde abandonamos nuestros propósitos de año nuevo. ¿1,2?
M son los bajos niveles de motivación. Muy, muy bajos.
Na sería el sentimiento de deseo de hacer algo. Si el deseo no es el problema.
¿El resultado? Ya saben, el tercer lunes de enero.
Y vaya que tenemos suficientes razones para estar tristes, tanto a nivel nacional como internacional. El gasolinazo, Trump y el dólar, incremento de todo menos de sueldos, enfermedades respiratorias, la muerte de tanto famoso el año pasado, el Brexit, guerras, terrorismo, narcotráfico, inseguridad y un largo etcétera.
Sin embargo, cabe destacar que ésta es una fórmula que salió en un comunicado de prensa en el 2009, la fórmula original incluye otro tipo de factores como periodos de estrés y de sueño, y algunos más como tiempo de viaje y el gastado en hacer la maleta. ¿Viaje? ¿Maleta? Sí, porque resulta que todo esto de la fórmula y el Blue Monday, además de no tener un sustento científico (obvio), fue producto de una campaña de publicidad para una agencia de viajes.
Sin que podamos asegurar qué tan confiable, mas no científica, sea la fórmula y su resultado, el hecho de que todo se haya tratado de un ardid para provocar que la gente hiciera reservaciones para viajar, nos pone contentos y quita esa horrible sugestión mediática de nuestros hombros.
De hecho, Arnall, también está arrepentido de su creación y hace unos años inició una campaña para intentar detenerla: #stopbluemonday. Que por lo visto no ha funcionado muy bien, puesto que aquí seguimos, hablando del tema. Además de haber creado luego, el día más feliz del año, con un procedimiento parecido y sí, una vez más la vendió como publicidad.
Pero ya saben, el que busca encuentra, así que sin importar si es lunes o miércoles o domingo, enero, junio o agosto, en lugar de andar pensando por qué estar tristes, mejor ocuparse en lo que importa y sonreír. Y no, no es necesario que se pongan a usar el hashtag todo el día, simplemente no hagan caso a la teoría y sean felices.