Matehuala, destino privilegiado que tantas maravillas tiene para ofrecer. Sus dos bellos arcos de entrada te darán la bienvenida a esta localidad, y son la antesala de innumerables experiencias que vivirás.
Lo primero que tienes que hacer es visitar los monumentos y edificios históricos que se encuentran en el centro. Entre ellos se puede nombrar: la Iglesia de la Inmaculada Concepción de estilo arquitectónico francés, la Casa de Juárez, Casa Hidalgo, Casa de los Portales, la Iglesia de San Salvador, la Ex Hacienda de Los Patos, la Plaza de Toros Santiago J. Vivanco, y las Ruinas de la Fundidora Asarco.
Adentrándose en Matehuala, tras recorrer la carretera de paisajes semidesérticos con palmas y garambullos, avistando el Cerro del Fraile, y sintiéndose parte del Altiplano, se puede avistar un pequeño ejido que forma parte del municipio. Se trata de Cerrito Blanco, un poblado localizado a 1520 metros de altura sobre el nivel del mar, y habitado por un puñado de personas que mantienen las tradiciones regionales intactas.
No hace falta más que salir a caminar por esta localidad, para notar como la tranquilidad se apodera de cada uno de sus rincones. Disfrutarás cada instante de este paseo. Presta atención a la Plaza Central, la Estatua de los Fundadores y el distante Cerro del Fraile.
Es un escenario perfecto para aventureros, por esta zona se pueden realizar caminatas, travesías a caballos, bicicleta o cuadriciclos. Son alternativas fantásticas para apreciar la flora y fauna típica de la región.
Imágenes de: Sergio Dávila / Eduardo Tinajero / Lucy Nieto