Desde 1951 se encontró un meteorito al noreste de la ciudad australiana de Wedderburn, que en ese entonces fue bautizado con el nombre de la ciudad. El meteorito es un pequeño trozo de roca espacial de unos 210 gramos y de aspecto extraño, sin embargo, durante todo este tiempo, los científicos no habían podido encontrar todos sus componentes, hasta ahora.
Los científicos que analizaron el meteorito Wedderburn, publicaron un estudio donde se verifica la primera forma natural de una rara estructura de mineral de carburo de hierro que nunca antes se había encontrado en la naturaleza de nuestro planeta. A este material le llamaron “Edscottita”.
Desde la primera identificación de los orígenes espaciales del meteorito Wedderburn, la roca, que tiene un distintivo color negro y rojo, se ha examinado por diversos equipos de investigación. Esto ha provocado que sólo un tercio del espécimen original esté intacto, el cual forma parte de la colección geológica del Museo de Victoria en Australia.
Con los diferentes estudios que se le han realizado, se han descubierto rastros de oro y hierro, además de otros minerales raros como kamacita, schreibersita, taenita y troilita. Ahora también se sabe que contiene edscottita.
El nuevo mineral fue nombrado así en honor a Edward Scott, un experto en meteoritos y cosmoquímico de la Universidad de Hawái. Además, la edscottita ya es considerado miembro ogicial del club de minerales de la IMA (Asociación Internacional de Mineralogía), que es la clasificación de minerales más exhaustiva que existe.
A pesar de tener un nombre y ser reconocido de manera oficial, el mineral sigue teniendo sus misterios, según Geoffrey Bonning, científico planetario de la Universidad Nacional de Australia, la edscottita podría haberse formado en el núcleo calentado y presurizado de un antiguo planeta.