1 – Un maestro de memoria japonés dice poder recitar el número Pi hasta los 111,700 dígitos
Memorizar Pi es sin duda una tarea por demás intelectual, pero ciertas personas han tomado el reto a proporciones extremas. El maestro de memoria japonés Akira Haraguchi ha recitado 100,000 dígitos de Pi en público, lo que le tomó unas nada rápidas 16 horas, y le dijo a The Guardian que su récord personal asciende hasta los 111,700 dígitos. La técnica que utiliza Haraguchi para lograr esto es asignarle símbolos a los números, logrando que la secuencia aleatoria de Pi se convierta en historias. “Para mí, recitar los dígitos de Pi tienen el mismo significado que pronunciar un mantra Budista y meditar… Según las enseñanzas del Budismo Zen, todo lo que existe en este mundo; las montañas, los ríos y todas las criaturas vivientes, llevan consigo el espíritu de Buda. Yo he interpretado esto a que todo lo que circula alrededor lleve el espíritu de Buda. Creo que Pi es el ejemplo definitivo de esto.”
2 – Sabemos más dígitos de Pi de los que necesitamos
Puede que Pi haya trascendido de una mera constante a un símbolo cultural, pero sigue teniendo usos prácticos. Tanto ingenieros como científicos necesitan a Pi para todo tipo de tareas, incluyendo el cálculo de rutas de vuelo (ya que los aviones viajan en el arco de un círculo) o el procesamiento de audio (porque Pi es usado para calcular las ondas sinusoidales).Pero los cálculos en los que se necesita usar a Pi hacen que este necesite sólo entre 5 y 15 dígitos para ser preciso, y hasta el momento se saben hasta un cuatrillón de dígitos. Encontrar cada vez más y más dígitos de Pi puede ser un buen pasatiempo para los científicos con supercomputadoras, pero en realidad es innecesario. Para dar una idea de qué tan innecesario es, consideremos que sólo se necesitan 39 dígitos de Pi para calcular la circunferencia del universo con la precisión del ancho de un átomo de hidrógeno.