Todos deben saber que el día de hoy, 28 de diciembre, no se debe confiar del todo en la gente, porque es el Día de los Inocentes. Y como es costumbre, se realizan bromas de toda índole donde se incluyen prácticamente todos.
Es muy común que en los medios de comunicación se lean notas que terminan siendo bromas aunque la información parezca real. Cosa que a quienes se les olvida lo que se festeja puede provocarles un momento de vergüenza al compartir la información con sus familias o amistades. En la mayoría de los casos, porque no faltará quien quiera extender su broma hasta donde se pueda, se advierte en algún momento de la noticia que es falsa y que está hecha por el Día de los Inocentes.
Este día se vive y celebra en todo el mundo hispanohablante. Y en algunas zonas de América, como es el caso de nuestro país, es importante no prestar ningún bien, llámese objetos o dinero, porque aquél que lo recibe es libre de apropiarse de los bienes sin tener que devolverlo. Y a pesar de que esta costumbre ha ido disminuyendo en los últimos años, aquí les dejamos las clásicas frases que se utilizan cuando algún incauto cae en el “préstamo”:
- “Inocente palomita que te dejaste engañar.”
- “Inocente palomita que te dejaste engañar, sabiendo que en este día nada se puede prestar.”
- “Inocente palomita que te dejaste engañar, hoy día de los inocentes te dejaste engañar.»
- “Que la inocencia te valga.”
- “Herodes mandó a Pilatos, Pilatos mandó a su gente; el que presta en este día pasará por inocente.”
- “Inocente palomita te dejaste engañar hoy por ser día 28 en nadie debes confiar.”
En México se celebra casi en todo el país y, aunque no es un día feriado, se considera una de las festividades más importantes de la religión. En cada iglesia se celebra a su manera y se le ofrecen regalos y comida al niño Jesús. Las ofrendas pueden ser variadas, desde prendas para vestirlo hasta dulces o pan.
Sin embargo, aquí es donde entra el verdadero origen de este día que nada tiene que ver con bromas y risas. El Día de los Santos Inocentes es la conmemoración de un episodio del cristianismo donde los niños menores de dos años nacidos en Belén (Judea), fueron víctimas de una matanza ordenada por el rey Herodes I el Grande. Todo esto con el fin de deshacerse del recién nacido Jesús de Nazaret.