¿Sabías que el Museo Nacional de la Máscara se dedica a proteger y promover el patrimonio ritual de la danza con máscaras de México, desde el período prehispánico hasta el presente?
Está en una antigua mansión en la Plaza del Carmen que fue convertida en propiedad federal en 1907 y aloja al museo desde 1982. La colección que guarda es permanente y actualmente tiene aproximadamente 1300 piezas. Esta es la colección de máscaras y trajes de danza mexicanos más grande de México.
Y el edificio no siempre fue así. En la década de 1890, Ramón Martí compró cinco propiedades colindantes para demolerlas y construir su propia residencia con estilo neoclásico. Él murió en 1898 y sus herederos vendieron el lugar en 1903 a un general llamado Bernardo Reyes, para luego en 1907 convertirse en propiedad federal y adquirir el nombre de “Palacio Federal”. Desde esa fecha hasta 1980 fue el lugar donde se encontraba al Ministerio Público Federal, la Liga de Comunidades Agrarias, el Consejo de Minería y a Telégrafos Nacionales de México.
Después, la estructura fue remodelada en 1982 por el arquitecto Fernando Valdez Lozano, con la intención de que allí estuviera el museo. La fachada norte se agregó ese mismo año gracias a la ampliación de la Plaza del Carmen. Cuando un estudio de 1998 reveló que el museo tenía grietas y hundimientos en su estructura, éste fue rehabilitado otra vez. Este trabajo se llevó a cabo hasta el 2008, mismo año en que se añadió la iluminación de las paredes externas como parte de una mejora general al centro histórico.
El edificio donde se encuentra el Museo Nacional de la Máscara está clasificado como un monumento histórico por el Instituto Nacional de Antropología e Historia.
Dentro de la colección de más de 1300 piezas del museo, se incluyen veinticinco trajes completos de danza de diferentes partes del país. La primera colección fue donada por el antropólogo e investigador Víctor José Moya Rubio y su esposa Mildred Dingleberry Himm.
Las máscaras provienen de diferentes tradiciones mexicanas y representan animales, demonios, santos, conquistadores, ángeles y criaturas fantásticas, entre otras, muchas de ellas usadas en las danzas y festividades de diferentes regiones de nuestro país. Aunque también debemos decir que el museo cuenta con una pequeña colección de máscaras de otras partes del mundo.
El lugar cuenta con seis salas de exposición principales, donde dos las dos más grandes están dedicadas a las máscaras prehispánicas y de la época colonial. También está la Sala Internacional de máscaras extranjeras y la Sala Centenario donde se ven máscaras elaboradas de diferentes materiales. Una de las salas contiene las exposiciones temporales.
Así que no dejes de visitar el Museo Nacional de la Máscara.