El verdadero origen de la Pascua viene desde el año 1513 antes de Cristo. En esa fecha, según su tradición, el pueblo judío comenzó su éxodo desde Egipto hacia la tierra prometida. Y se celebraba cada año como recordatorio de la liberación de la esclavitud que vivían en Egipto.
En la víspera del primer día, comían hierbas amargas remojadas en vinagre para recordar la tristeza de la servidumbre y se narraban cánticos que hacían alusión a las diez plagas de Egipto.
El llamado Cordero de Pascua era escogido por cada familia y con el tiempo, la ceremonia de sacrificio fue llevada a cabo por la clase sacerdotal. El animal debía ser macho, sano y de un año de edad. Se inmolaba al finalizar el día y por la noche se lo comían con verduras amargas. Dentro del ritual no estaba permitido romper huesos del animal ni dejar restos de carne. Por esta razón, si la familia no era lo suficientemente grande para terminarse el animal completo, se reunían en grupos para cumplir con lo dictado.
Durante los siete días posteriores al 14 de Nisán (mes del calendario israelita correspondiente a marzo-abril del calendario español), el pueblo hebreo sólo comía pan sin levadura, al que llamaban “ázimo” o “pan de aflicción”. Los primeros cristianos celebraban la Pascua de Resurrección a la par cronológica que la Pascua judía, hasta que el Primer Concilio de Nicea (en el 325 d. C.) separó la celebración judía de la cristiana, quitándole los elementos hebreos.
Sin embargo dejaron el carácter móvil de la fiesta recordando que Cristo resucitó en la Pascua hebrea. Hoy día la Iglesia católica mantiene el carácter móvil de la fecha de Pascua.
La expresión “pascua” (el paso del señor por Egipto) se utiliza el día de hoy, principalmente, para referirse a la fiesta de la Resurrección, que también es llamada a veces Pascua Florida, pero también se usa para referirse a otras tres celebraciones cristianas: la Navidad (25 de diciembre), la Epifanía o Adoración de los Magos (6 de enero) y Pentecostés, la venida del Espíritu Santo (cincuenta días después de la Resurrección).
En España, Chile, Cuba y Filipinas, el término Pascua se aplica coloquialmente a la Navidad, mientras que a la Pascua se le llama Pascua de Resurrección.