Este domingo, 2 de abril, los relojes de casi todos los mexicanos se adelantarán una hora, gracias al horario de verano. Una medida que se toma para aprovechar más horas de luz por las tardes, que a muchos agrada y a muchos otros no.
Si se piensa, ya son muchos años los que llevamos cambiando la hora de nuestros relojes dos veces al año, pues desde 1996 tenemos que luchar para hacer la costumbre de levantarnos una hora más tarde y luego una hora más temprano. Y aun cuando dicen que son muchos los beneficios (el del ahorro energético tiene bases muy pobres por cierto), la realidad es que a la mayoría lo único que les provoca es desequilibrio durante unos buenos días. Hay quien dice que sí aprovecha mejor el día, lo que sea que eso signifique.
Y no, esto no es algo nuevo. Muchas culturas antiguas alargaban las horas diurnas en verano. Y el horario de verano moderno fue impuesto por primera vez por Benjamin Franklin. En 1916 se utilizó mucho en la Primera Guerra Mundial con el fin de ahorrar carbón. Desde entonces, y a pesar de las controversias, se utiliza en muchos países y con sus respectivas modificaciones cuando lo amerita.
Por ejemplo, este domingo se adelanta una hora el reloj aquí en México, excepto en Sonora y Quintana Roo, que no utilizan esta modalidad del horario de verano. Y en las ciudades fronterizas con Estados Unidos, el cambio se realizó el 12 de marzo.
Ventajas y desventajas
Entre las cosas que benefician este cambio de horario se encuentran:
- El comercio.
- La práctica deportiva.
- Actividades que necesitan luz después de la jornada laboral.
- Disminución de accidentes de tráfico.
En cuanto a la salud, la incidencia del crimen y el ahorro de energía eléctrica, las cosas no están muy claras y hay diferentes opiniones al respecto, tanto a favor como en contra.
- Por otro lado, también tiene sus desventajas:
- Puede ocasionar problemas en la agricultura y ocupaciones que dependen de la exposición a la luz solar.
- Dificulta la percepción del tiempo.
- Problemas de sueño.
- Puede afectar reuniones, viajes, mantenimiento de registros, dispositivos médicos y uso de maquinaria pesada.
Y aunque muchos sistemas controlados por computadora son capaces de ajustar automáticamente sus relojes, llegan a producirse errores.
En fin, los que salgan el sábado, recuerden que les robarán una hora de fiesta. Todos los demás, no olviden adelantar sus relojes “no automatizados” antes de irse a dormir o cuando se despierten por la mañana.