El INBA y la SEP publicaron la declaratoria en el Diario Oficial de la Federación, con lo que el conjunto escultórico construido por Edward James cuenta con la protección del Estado
A fin de conservar y salvaguardar el inmueble conocido como Conjunto Escultórico de Xilitla, el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) y la Secretaría de Educación Pública (SEP) han publicado en el Diario Oficial de la Federación su Declaratoria de Monumento Artístico.
Ahora el Conjunto, además de contar con el reconocimiento de una obra estético relevante por su composición arquitectónica, cuenta con la protección que el Estado proporciona a los denominados Monumentos Artísticos.
Por lo que corresponde al INBA conservar, preservar y difundir esta obra representativa de la arquitectura del siglo XX en la Huasteca Potosina de México, propiedad de la Fundación Pedro y Elena Hernández A. C.
Entre las más importantes construcciones y estructuras que comprende el Conjunto, construido entre 1960 y 1984 por Edward James, destacan: “La recámara con techo en forma de ballena”, “La escalera al cielo”, “Casa Don Eduardo”, “Casa de los Peristilos” y “El Cine”.
De acuerdo con el INBA, dicha obra se puede incluir en la tendencia artística surrealista, caracterizada por la creación de elementos artísticos fantásticos, discordantes con la realidad que a su vez intentan expresar el pensamiento sin compromisos estéticos, asistido sólo por la imaginación, las sensaciones y las percepciones previas a la creación.
Es de mencionar que entre 1964 y 1967 la destacada pintora de origen británico Leonora Carrington visitó esta propiedad y dejó como testimonio un mural pintado al fresco, cuya imagen corresponde a una figura con rasgos humanos feminoides con cabeza zoomorfa.
La obra es uno de los trabajos más representativos de Carrington en México, ya que por sus características artísticas se integra de manera natural al entorno surrealista del sitio.
Xilitla, sueño surrealista
En la Huasteca Potosina, riqueza natural y surrealismo se encuentran en el Jardín de Edward James. Aventura, aroma de café y mucha tradición complementan una jornada inolvidable. Hablar de Xilitla, en San Luis Potosí, pone en la mente palabras como magia, arte, surrealismo y exuberancia. No sólo se trata del sitio elegido por el inglés Edward James para crear el Jardín Surrealista, único en el mundo, sino también de un Pueblo Mágico de México donde las horas transcurren entre cielos azules, aroma de café y el susurro de cascadas y ríos que caen sobre pozas frescas y transparentes. No hay otro sitio donde la naturaleza y el hombre se llaman conjugado tan armoniosamente como Xilitla.
La historia de Las Pozas, donde se ubica el Jardín Surrealista, se remonta a 1947, cuando Edward James, en semiexilio, adquirió la finca cafetalera “Xilitla”. Durante varios años, James usó este espacio para sembrar orquídeas y alojar animales exóticos. Fue hasta 1962 cuando comenzó a idear la estructura de un jardín con esculturas surrealistas, inspirado en las orquídeas que había sembrado y en la vegetación típica de la Huasteca Potosina. James gastó una fortuna para contratar a albañiles y artesanos para hacer realidad su fantasía artística. Cuando murió en 1984, había completado 36 esculturas repartidas en casi 81 mil metros cuadrados de selva. Las esculturas, con influencia gótica y egipcia, simulan escaleras que no llevan a ningún lado, castillos, casas y secuencias de columnas que unen su onírica belleza con la exuberancia de la Huasteca.
Xilitla, Pueblo Mágico, es un sueño aparte. Su plaza principal está regida por la sobria presencia del exconvento agustino construido en 1557 por misioneros de esa misma orden, y que es el edificio más antiguo de San Luis Potosí. No es extraño encontrarse con grupos de música que interpretan huapangos huastecos. La abundancia de frutos se aprecia en sus mercados llenos de color. El café sigue siendo un producto importante y se han aplicado técnicas para cultivarlo de manera sustentable. Las enchiladas huastecas con cecina, la barbacoa de res, los chicharrones y las carnitas son platillos típicos de Xilitla, que se acompañan con bebidas como aguardiente, vino de jobo, de capulín y de naranja, atole de piña o elote y dulce de chayote. Éste es un excelente punto de partida para explorar el Sótano de las Guaguas o Golondrinas, así como las Grutas de Xilitla, que resguardan interesantes pinturas rupestres.